Matsumoto Seichō (1909-1992) fue uno de los autores claves de la literatura japonesa de misterio del s. XX.
Nacido en Hiroshima con el nombre Matsumoto Kiyoharu, debido a la pobreza de su familia tuvo que abandonar los estudios a los catorce años y ponerse a trabajar para ganarse la vida. Fascinado desde pequeño por la literatura, participó en varios grupos amateurs de escritura, pero no fue hasta después de la guerra que logró empezar a publicar.
Su primera gran oportunidad se la brindó la 28a edición del premio Akutagawa que ganó su relato «Aru Kokura nikki den» («Historia del Diario de Kokura«, Mita bungaku, septiembre de 1952), la historia de un hombre obsesionado con el Diario de Kokura de Mori Ōgai. Al año siguiente, y gracias a su larga experiencia laboral en empresas de publicidad, logró un trabajo en el periódico Asahi que le permitió mudarse a la capital, centro literario del país.
Matsumoto pronto encontró su voz literaria característica renovando el género de misterio. En 1957 dos de sus novelas detectivescas por entregas alcanzaron un enorme éxito de ventas, catapultándolo al estrellato: Ten to sen (El expreso de Tokio, serializada en Tabi de febrero de 1957 a enero de 1958) y Me no kabe (Un muro de ojos, serializada en Shūkan Yomiuri de abril a diciembre de 1957). Ambas combinan al misterio lógico más clásico con una crítica implícita de las prácticas corruptas que ligaban los mundos de la industria y la política en el Japón del «milagro económico» de posguerra.
Convertido en el mayor representante del misterio social, Matsumoto encadenó varios clásicos del género como Zero no shōten (El foco cero, 1959) o Suna no utsuwa (El cuenco de arena, 1961). También publicó ficción histórica, novelizaciones de crímenes reales como Shōsetsu Teigin jiken (El caso Teigin, 1959), y reportajes como Nihon no kuroi kiri (La niebla negra de Japón, Bungei shunjū, enero a diciembre de 1960) o Shōwa-shi hakkutsu (Excavando la historia de la era Shōwa, Shūkan bunshun, julio de 1964 a abril de 1971). Muchas de sus obras fueron posteriormente adaptadas al cine y la televisión.
En 1967 fue premiado con la 1a edición del premio Yoshikawa Eiji por la riqueza de su obra.