La serie de Domingos de poesía continúa con el segundo poema de la colección Hyakunin isshu (Cien poetas, un poema), de la emperatriz Jitō (645-702), que reinó desde 687 hasta 696.
haru sugite
natsu ki ni kerashi
shirotae no
koromo hosu tefu
ama no kaguyama
Parece que la primavera ha pasado,
llegó el verano.
Blancos como el tejido de la morera,
los vestidos se secan al sol, escucho,
en el celestial monte Kagu.
Comentario
El poema gira alrededor de la distancia entre la poeta y su medio. Nada es seguro, ella escucha (tefu, que se pronuncia “chō”, es la contracción de te ihu, “dicen que”) que en el monte Kagu (kaguyama) la gente ya ha puesto a secar (hosu) sus vestidos al sol, y así supone (rashi) que acaba de pasar (sugite) la primavera (haru) y que por fin ha llegado (ki) el verano (natsu). El monte Kagu, al que por convención se le aplica el epíteto “celestial” (ama no), queda en la actual prefectura de Nara, muy cerca de Fujiwara no Miya, la ciudad en la que se encontraba el palacio imperial durante el reinado de Jitō.
Este segundo poema crea un juego de roces semánticos con el primer poema (traducido en Domingos de poesía / Poema 1). Es un desplazamiento de estaciones, el otoño del primer poema da lugar aquí al comienzo del verano; también de padre a hija, ya que el autor del primer poema, Tenji, es el padre de Jitō; y por último de mangas de vestidos húmedos por el rocío a vestidos que se secan al sol. Así Teika sugiere que el acertijo se extiende de los poemas individuales a la relación entre poemas.
Este poema aparece originalmente en la octava colección imperial, Shin-kokin-waka-shū (Nueva colección de poemas de ayer y hoy, 1205), volúmen n. 3 (verano), poema n. 175. Un poema casi idéntico aparece ya en Manyōshū (Colección de una miríada de hojas, 785), volúmen n. 1, poema n. 28. Teika mismo fue el principal editor de Shin-kokin-waka-shū.