La colección de poemas Hyakunin isshu es quizás el texto más influyente de la poesía clásica japonesa. Su importancia surge de los cien poemas que el gran poeta Fujiwara no Teika (1162-1241) eligió como forma de explicar a sus alumnos el secreto de la creación poética, pero también de las formas en que estos poemas fueron leídos, interpretados, copiados y parodiados a lo largo de la historia.
En este ensayo, Yoshino Tomomi (Universidad de Chūō) desentraña sus secretos y nos ofrece una breve historia cultural del Hyakunin isshu. Su investigación dice tanto sobre la poesía japonesa como sobre las formas en las que los japoneses se relacionaron con el lenguaje, la naturaleza, y la política a través de los siglos.
El ensayo, disponible exclusivamente para Kappa Bunko, surge de una presentación que hizo la profesora Yoshino durante el primer Coloquio Internacional (La Plata, Argentina, 2014) de Japón Interculturas, el grupo de estudios japoneses en castellano.
Esta es la misma colección poética que nuestra serie de posts Domingos de Poesía viene traduciendo desde hace más de un año.
La cultura del Hyakunin isshu (cien poetas, un poema cada uno)
Por Yoshino Tomomi
En este ensayo voy a examinar la colección de poemas clásicos japoneses titulada Hyakunin isshu, que suele traducirse como “Cien poetas, un poema cada uno”. Esta obra está compuesta por cien poemas cuidadosamente seleccionados hace ocho siglos por el famoso poeta Fujiwara no Teika (1162-1241). Quisiera explorar las posibles razones de la vigencia y popularidad de estos poemas, para lo cual examinaré la naturaleza del waka o poema tradicional japonés de treinta y una sílabas.
- La popularidad de Hyakunin isshu
En Japón existe un juego llamado Hyakunin isshu karuta (las cartas del Hyakunin isshu). La mitad de cada poema de la colección aparece escrito en una carta. La segunda mitad, en otra. Cada conjunto de cartas (las que contienen la primera mitad; las que contienen la segunda) conforma un mazo distinto. El juego consiste en que un participante tome una carta del primer mazo, recite el comienzo de un poema y el resto de los jugadores hallen en el segundo mazo la carta que completa ese poema. Gana quien la encuentra primero. Estas reglas fueron estandarizadas durante el siglo XIX.
Todos los poemas allí contenidos son waka, es decir, composiciones de cinco versos, cada uno con un determinado número de sílabas (cinco, siete, cinco, siete, siete). Veamos un ejemplo de Fujiwara no Teika:
konu hito o
matsuho no ura no
yūnagi ni
yaku ya moshio no
mi mo kogare tsutsuこぬ人 を
まつほ の 浦 の
夕なぎに
やくやもしほの
身もこがれつつNo viene la persona
que espero en la bahía de Matsuo
en la calma del atardecer
como las algas del mar que se vuelven sal
ardiendo.[1]Los primeros tres versos (denominados kami no ku) presentan cinco, siete y cinco sílabas cada uno. Los últimos dos (denominados shimo no ku) tienen siete sílabas cada uno. Los haiku, que se desarrollaron más tarde, surgen de los tres primeros versos de un poema waka, es decir 5-7-5.
En el juego de las cartas de Hyakunin isshu, entonces, cada mazo de cartas contiene una mitad del poema (kami no ku y shimo no ku). Hay jugadores tan versados en esta colección, que son capaces de reconocer el poema en cuanto oyen sus primeras dos sílabas.
Otro fenómeno reciente evidencia la vigencia y popularidad de este poemario: una serie de comics titulados Utakoi (“Poesías de amor”) que se ha vuelto muy popular entre los estudiantes japoneses (se han vendido más de setecientas mil copias). El comic toma ciertos episodios (en general, amorosos) de vidas de poetas que aparecen en el Hyakunin isshu, y los interviene creativamente. Por ejemplo, los poetas son representados con peinados modernos y hablando en japonés actual.
- Hyakunin isshu y Fujiwara no Teika
Como ya se ha señalado, la compilación Hyakunin isshu fue realizada por el poeta Fujiwara no Teika. Para ello, seleccionó cuidadosamente poemas de cien poetas que vivieron entre el siglo VII y su propia época, el siglo XIII. Esta antología dio inicio a una tradición de colecciones poéticas que tomaron su estructura y que, también conocidas con el hombre de Hyakunin isshu, pueden incluir poemas distintos. Para distinguir la antología original de Teika de estas versiones posteriores, se la suele llamar Ogura Hyakunin isshu, en alusión a la cabaña del poeta en el monte Ogura, en las afueras de Kyoto.
Teika aprendió el arte del waka de su padre, Fujiwara no Shunzei (1114-1204), quien participa de la antología (poema N°83). Pero la figura clave para su carrera, en quien Teika halló protección y apoyo, fue el emperador retirado Go-Toba (1180-1239). Heredero del trono a los tres años de edad, Go-Toba gobernó en un momento de graves conflictos internos. A los diecinueve años, abdicó y se estableció como emperador retirado. A lo largo de su vida organizó competencias de poesía, en las que Teika pudo demostrar sus habilidades. Así fue que este poeta recibió el encargo de editar junto a otros poetas una antología oficial de waka, conocida como Shin kokin wakashu (“Nueva colección de poesía japonesa antigua y moderna”). Finalmente, la relación entre Teika y Go-Toba se desgastó por varios conflictos que los llevaron a apartarse. Como fuera, el rol del emperador retirado en la carrera literaria de Fujiwara no Teika fue clave. En efecto, su decisión de realizar una antología personal (es decir, el Hyakunin isshu) halló su primer impulso en el encargo oficial del Shin kokin wakashû.
A continuación, y para comprender mejor en qué consiste la poesía waka, analizaremos un ejemplo de la producción de Teika.
- ¿Qué es la poesía waka? Un ejemplo de Fujiwara no Teika.
El poema de Teika antes citado forma parte del Hyakunin isshu (N°97). Como ya vimos, dice así:
No viene la persona
que espero en la bahía de Matsuo
en la calma del atardecer
como las algas del mar que se vuelven sal
ardiendoLa frase “las algas del mar que se vuelven sal” se refiere a una técnica japonesa muy antigua para extraer sal de las algas marinas. El poema trata sobre la ardiente pasión de alguien que debe esperar a su amante, que parece no llegar nunca. Se compara su pasión con las algas, apiladas a un costado del mar, que arden lentamente en una tarde sin viento. Así, la poesía waka suele utilizar fenómenos naturales para expresar metafóricamente sentimientos y emociones. Al construir de esta manera un escenario conocido por los lectores, la identificación con los sentimientos del poema se vuelve fácil.
La poesía waka a menudo busca describir impresiones profundas, que pueden ir desde la breve mirada sobre un escenario sublime hasta la alegría de quien se enamora de una muchacha encantadora. O, incluso, puede incluir momentos lúgubres como una traición, la pérdida de un gran amor, el fracaso social o la llegada a la ancianidad.
También es usual que el poeta de waka utilice la perspectiva del género opuesto. En el poema de Teika, por ejemplo, el yo poético se posiciona como la mujer que añora a su amante ausente. Y es este personaje femenino, abandonado y frustrado, el que despierta un sentimiento de profunda identificación con los lectores.
Por otra parte, hay que señalar que los poetas waka, al expresar un determinado sentimiento, eran muy conscientes acerca de cómo lo habían hecho los poetas anteriores. La atenta lectura entre generaciones dio lugar a fuertes convenciones poéticas que fueron el resultado de ese mundo extremadamente reducido en el que se desarrolló la tradición del waka. El emperador y la nobleza constituían el núcleo de ese mundo. Entre las convenciones y las metáforas comunes del waka, podemos mencionar ciertos ejemplos muy recurrentes: la floración del cerezo en una montaña lejana es comparada con nubes blancas; las hojas del otoño, con el tejido del brocado; las gotas del rocío en las mangas, con lágrimas; la pálida luz de la luna, con la nieve sobre el piso. También el viento suele ser asociado con la llegada de una visita, y el balido de un ciervo, con la tristeza.
Ahora bien, ese conjunto de expresiones eran utilizadas en poemas nuevos y así las asociaciones podían modificarse y renovarse. Al descansar sobre estas convenciones y al mismo tiempo inventar nuevas, la poesía waka fue capaz de desarrollar una verdadera cornucopia expresiva.
Cuando las condiciones sociales que permitían el crecimiento de este tipo de poesía se deterioraron, las convenciones literarias siguieron vigentes en la memoria cultural. Por ejemplo el modo en que los japoneses modernos perciben las cuatro estaciones ha tomado su forma actual en base a esta tradición poética.
- El criterio de selección de Teika: una introducción a otros poemas
Los poemas del Hyakunin isshu fueron seleccionados de acuerdo con ciertos criterios de Teika. En primer lugar, todos formaban parte de antologías imperiales, compiladas por orden del emperador o del emperador retirado, que constituían colecciones públicas de waka. Quienes eran nombrados editores tenían la responsabilidad no sólo de elegir los mejores poemas de sus tiempos y de las generaciones anteriores, sino también de ordenarlos en categorías temáticas (poemas de las cuatro estaciones, poemas de amor, etc.). En la época de Teika, la corte constituía el centro del gobierno y la poesía waka, el centro de la cultura cortesana. De modo que la antología Hyakunin isshu reúne poemas seleccionados de la más alta cúspide de la cultura aristocrática.
La mayoría de los poemas aparecen en orden cronológico. Los poemas 1 y 2 fueron escritos por el emperador Tenji (626-672) y su hija, la emperatriz Jitō (645-703), respectivamente; mientras que los poemas 99 y 100 son de Go-Toba (1180-1239) y su hijo, el emperador Juntoku (1197-1242). Los autores del primer par sentaron las bases que luego hicieron posible el período Heian, que se prolongó desde el siglo VIII tardío hasta el XII tardío. Los autores del segundo par de poesías, en cambio, intentaron detener el creciente poder de la clase militar que precipitaría el final de ese período. Al marcar su antología con estos dos pares de padres e hijos, Teika retrataba una tradición poética que había florecido gracias a los auspicios de la aristocracia de Heian.
Casi la mitad de los poemas de Hyakunin isshu son de amor (cuarenta y tres poemas). Pareciera que Teika tenía cierta preferencia por poetas sin suerte, exiliados, que encontraban la muerte prematuramente, que habían sufrido por amor o eran incapaces de avanzar en sociedad. Tal vez esto se vincula con su afinidad con Go-Toba, quien luego de encabezar una revuelta en contra del gobierno militar había sido exiliado a una isla solitaria.
A continuación veremos tres poemas que, aún antes de su inclusión en esta antología, ya eran muy alabados. El primero (N°4) fue escrito por Yamabe no Akahito:
tago no ura ni
uchi idete mireba
shirotae no
fuji no takane ni
yuki wa furi tsutsu田子の浦に
打ち出でてみれば
白妙の
富士の高嶺に
雪はふりつつDesde la bahía de Tago,
me asomo y echo un vistazo:
blanca y pura
la alta cima del monte Fuji
se va cubriendo de nieveEn este poema, el viajero de repente se halla en la costa de Tago, desde donde puede ver la cima nevada del monte Fuji. Parado junto al mar, ve cómo el monte se erige a la distancia, resplandeciente. La visión sublime del Fuji da forma al onírico mundo del poema.
Veamos ahora el poema N°33, de Ki no Tomonori:
hisakata no
hikari nodokeki
haru no hi ni
shizu-gokoro naku
hana no chiruran久方の
光のどけき
春の日に
しづ心なく
花のちるらむA lo largo y a lo ancho
la luz es serena
este día de primavera,
¿por qué se caen,
intranquilas, las flores?Siempre que aparece la palabra “flor” (hana) en la literatura clásica japonesa, se refiere a la flor del cerezo. Este poeta se pregunta porqué las flores del cerezo parecen caer tan intranquilas, en un día sereno de primavera. Cuando los japoneses ven los pétalos del cerezo caer, agitándose hacia uno y otro lado, suelen sentir nostalgia por el pasaje de la primavera.
El tercer y último poema que quisiera citar es el N.º 79, de Fujiwara no Akisuke:
akikaze ni
tanabiku kumo no
taema yori
more izuru tsuki no
kage no sayakesa秋風に
たなびく雲 の
たえまより
もれ出づる月の
かげのさやけさCuando se parten
las nubes que empuja
el viento de otoño
se cuela el brillo
diáfano de la luna.El aire fresco del otoño hace que la luna aparezca clara y brillante. Por ello, en la literatura clásica japonesa la luna es un símbolo de esa estación. Ahora bien, en este poema no aparece la luna llena, como en tantas otras composiciones clásicas de waka, sino que se ven apenas unos rayos de luz a través de las nubes partidas por el viento. La luna así, apenas visible, que deja sólo un rastro de su presencia, también fue retratada por muchos otros poetas.
- La recepción del Hyakunin isshu en el Japón shogunal y de la modernidad temprana
Las razones por las cuales esta colección continuó siendo popular a lo largo de los siglos se pueden encontrar en la figura de Teika, una de las mayores autoridades en poesía waka de todos los tiempos, y también en la vigencia de temas como el desamor y el infortunio social.
Después de la muerte de Teika, sus hijos y nietos obtuvieron posiciones privilegiadas en el mundo de la poesía. Concibieron el Hyakunin isshu como una herencia secreta, que contenía la esencia de la poética del editor. Por ello, la antología no circuló demasiado en los años inmediatos a su muerte. Tiempo después, los maestros de poesía del siglo XV vieron en la colección de Teika una guía fundamental para la práctica de la composición. Le añadieron sus propios comentarios y la dieron como lectura obligatoria a sus discípulos.
En el siglo XVII, Hyakunin isshu amplió considerablemente su público lector. Esto se debió sobre todo a dos factores. Primero, tras muchos años de guerras permanentes, la paz conllevó a un “renacimiento” literario. Cuando terminó la guerra civil que duró cien años y que es conocida como sengoku jidai 戦国時代 (1567-1573), el emperador y la nobleza perdieron su poder político frente a la clase militar, y buscaron aliviar su nueva condición de marginalidad apelando a la tradición cultural de la que eran portadores. El entusiasmo de la incipiente burguesía por la cultura aristocrática financió las renovadas intenciones artísticas de la nobleza. La colección de Teika, en este contexto, pasó a ser vista como la cristalización de la poesía waka: esos cien poemas fueron concebidos como la representación de la vasta tradición de la poesía cortesana.
En segundo lugar, por esos años la tecnología de la impresión mejoró muchísimo, lo cual aumentó la cantidad de libros en circulación. En ese proceso, el Hyakunin isshu pasó a ser conocido popularmente. No había una sola persona a la que no le sonara familiar esa antología.
Debido a la gran popularidad de la colección durante el período Edo (1603-1868), comenzaron a circular múltiples versiones: ediciones anotadas, compilaciones de ilustraciones de la vida de los poetas, versiones paródicas, ediciones en las que cada poema era ilustrado con algún actor de kabuki famoso, y hasta tableros de backgammon con los poemas impresos. Gracias a las nuevas tecnologías, los primeros mazos de cartas del Hyakunin isshu fueron impresos en distintos tamaños y estilos. Eran usados de diversos modos, como juguetes para chicos, como objetos de apuestas entre adultos en casas de placer. También algunos mazos eran decorados muy ricamente y funcionaban como regalos de casamiento.
Además existió un libro conocido como Dōke hyakunin isshu, que podría traducirse como “El Hyakunin isshu del bufón”. Es una versión paródica de la colección de Teika, con variaciones cómicas denominadas kyōka (literalmente, poemas locos o tontos). Por supuesto, el lector debe estar familiarizado con los poemas originales para poder comprender la comicidad de estas versiones.
En suma, la antología de Teika fue reconocida durante el período Edo como un elemento fundamental de toda educación literaria. Los poemas empezaron a circular no sólo en el formato más convencional del libro, sino también como juguetes, libros ilustrados, parodias… Todos los niveles sociales, incluso los niños, podían acceder a estos poemas con gran facilidad. Dicho en pocas palabras, Hyakunin isshu consolidó una mirada común acerca de qué significaba la educación erudita durante la época Edo.
- Hyakunin isshu como fenómeno cultural
Para la mayoría de los estudiantes japoneses de hoy, Hyakunin isshu constituye la pieza más conocida de literatura clásica. Los niños se divierten memorizando y recitando sus poemas. También existe una serie de comics llamada Chihayafuru, un best seller muy popular entre los jóvenes, acerca de una estudiante de secundaria que dedica su vida a competir en el juego de cartas del Hyakunin isshu.
Ahora bien, hubo momentos de la historia en los que esta colección fue utilizada como impulso para discursos militaristas, como durante la Segunda Guerra Mundial. En ese contexto, se publicó un “Hyakunin isshu patriótico” (Aikoku hyakunin isshu), que buscaba apelar al orgullo nacional para alentar sentimientos bélicos. Esta nueva colección, modelada en base a la de Teika, reunía cien poemas waka en alabanza al emperador y a la nación japonesa. Apelando a la capacidad educativa de la antología original, aquí se apuntaba a extremar la lealtad nacional.
Antes de terminar, quisiera señalar que el Hyakunin isshu también ha sido disfrutado a lo largo de los siglos por las hermosas escenas que describe. Al leer los cien poemas, es posible experimentar diversas emociones, expresadas metafóricamente en esas bellas escenas.
Traducción y adaptación: Paula Hoyos Hattori
Traducción de los poemas y edición: Ariel Stilerman
[1]Nota del traductor: Matsuo es un juego de palabras: Matsuo (el nombre del lugar) y matsu (verbo “esperar”).