La semana pasada se anunciaron los galardonados de la 67a edición del premio Yomiuri, cuya categoría de novela ha ganado Onnatachi sanbyakunin uragiri no sho (El libro de las trescientas traidoras, Shinchōsha, 2015) de Furukawa Hideo (Kooriyama, Fukushima, 1966). La obra premiada propone una reescritura de la última parte del gran clásico japonés Genji monogatari (La historia de Genji, s. XI) a través del espíritu de su autora, que posee a una dama de la corte varios siglos más tarde.
Este premio supone en cierta manera la consagración de Furukawa como autor literario en la escena japonesa, después de haber coleccionado varios premios de género y para autores noveles. Furukawa debutó en 1994 y se hizo pronto un nombre como autor innovador, amante de la mezcla de géneros. Como prueba del éxito de sus experimentos se puede citar el hecho que su novela Arabia no yoru no shuzoku (La tribu nocturna de Arabia, Kadokawa shoten, 2001) se llevó tanto el Gran Premio de Ciencia Ficción como el Premio de la Asociación Japonesa de Escritores de Misterio en 2002. En 2006, Love (Shōdensha, 2005) recibió también el Premio Mishima, creado por la editorial Shinchōsha para promocionar jóvenes autores vanguardistas. Aficionado al pastiche postmoderno, su obra contiene varios homenajes a sus ídolos literarios como Murakami Haruki en Chūgoku yuki no slow boat RMX («Un cargo para China RMX», Da Vinci Books, 2003) o Miyazawa Kenji en Migrado (Keisōshobō, 2013).