Kawakami Hiromi (1958) es una de las escritoras japonesas más populares en su país por la accesibilidad de sus temas y su prosa. Aficionada a presentar las historias en un entorno cotidiano y realista, Kawakami presenta no obstante numerosas sugerencias y sutilezas que agradan al lector que disfruta leyendo historias tranquilas de éxitos y fracasos de cualquier ser humano medio. En realidad, la autora sabe camuflar bajo una pátina de superficialidad una mirada profunda y crítica los problemas de hoy, especialmente los sentimentales, así como las (in)capacidades de alcanzar relaciones sinceras con los demás.
En sus obras, las historias se desarrollan con una sencillez que oculta los verdaderos alcances emocionales de las vivencias de los personajes. En ocasiones, juega con lo maravilloso, como en su famoso relato «Kamisama» («Dios»), que cuenta el picnic de una joven con un oso muy sociable. La autora sabe, por tanto, imbuir sus relatos de elementos de la cultura popular japonesa, proclive a las criaturas fantásticas y los animales parlantes. Sin embargo, su prosa y el tono de sus narraciones hacen de Kawakami una narradora totalmente contemporánea y actual.
En realidad, Kawakami estudió ciencias naturales y ejerció como profesora de Biología hasta que en 1994 tuvo éxito en el mundo editorial, y dejó su profesión para dedicarse exclusivamente a la escritura. La obtención del premio Akutagawa en 1996, por Hebi wo fumu (Pisar la serpiente), y del Tanizaki en 2001, por Sensei no kaban (traducida al castellano como El cielo es azul, la tierra blanca), bien merece esa decisión.