Kappa Bunko: Literatura japonesa

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Cuentos de cabecera

Dazai Osamu, Cuentos de cabecera, Satori, 2013
(Otogizōshi, 1945)
Traducción de Daniel Aguilar.
204 páginas

Cuentos de cabecera, Satori, 2013

Cuentos de cabecera (Satori, 2013)

Cuatro cuentos tradicionales explicados a una niña de cinco años en un minúsculo refugio antiaéreo. Así es como justifica Dazai su reinterpretación de cuatro de las fábulas más conocidas en Japón, que él mismo selecciona y lleva a su terreno, transformándolas en narraciones personales y cargadas de elementos autobiográficos.

Las cuatro historias en cuestión son: “El lobanillo desaparecido”, “La historia de Urashima”, “La montaña Kachi-Kachi” y “El gorrión de la lengua cortada”. Se trata de cuentos populares, conocidos por el lector japonés y que Dazai actualiza según su propia visión de la vida, haciendo hincapié en temas tan cercanos como las relaciones familiares y sentimentales, la frustación y el desánimo o simplemente el paso del tiempo. Todos estos temas incluyen numerosas alusiones a la vida personal del autor, que refleja mediante la caracterización de los protagonistas y las situaciones que viven. De esta manera, encontramos personajes decadentes y abatidos, adictos a la bebida e incluso víctimas de tortuosas relaciones conyugales.

Para facilitar la comprensión al lector occidental, este volumen incluye, además de la versión de Dazai, una versión de los cuentos populares originales.

La primera historia, “El lobanillo desaparecido”, trata de un anciano con un lobanillo en la oreja que le hace muy desdichado. Un día acude a la montaña y conoce a unos diablillos que le sustraerán el bulto por arte de magia. En la segunda, “La historia de Urashima”, un joven procedente de un pueblo costero salva a una tortuga de las garras de unos niños que la estaban martirizando. Como recompensa, la tortuga lo lleva a un palacio submarino reinado por el entretenimiento y la diversión. La tercera historia, “La montaña Kachi-Kachi” trata de un vanidoso tanuki que se enamora de una joven conejo. Sin embargo, el amor no correspondido acabará en una trabajada venganza para hacer sufrir al tanuki. Por último, “El gorrión de la lengua cortada” nos explica la historia de una pareja de ancianos en que la maldad de la anciana la lleva a cortarle la lengua a un pobre y débil gorrión que resultará proceder de un reino mágico.

Dazai recurre al monólogo interior para reflexionar sobre aspectos que le llaman la atención de las historias originales. A pesar de enfocar sus escritos desde la perspectiva de un narrador en tercera persona, con frecuencia cambia de registro para aludir a sus propios pensamientos o reflexiones. Con ello, Dazai pretende explicar aspectos incongruentes o poco contrastados de los cuentos tradicionales, llevándolos a un terreno más racional e irónico. En algunos de estos comentarios, Dazai muestra su incredulidad sobre el comportamiento absurdo de algunos personajes; en otros, alaba las acciones de los protagonistas hasta el punto de sentirse identificado con ellos. Al final de cada historia, Dazai concluye con una moraleja, siempre intentando extrapolar algunos elementos de la historia a situaciones contemporáneas y muy humanas.

Y enlazando con estas situaciones, es interesante resaltar el papel de los personajes fantásticos que aparecen en los relatos, desde los demonios de la montaña de Tsurugi al tanuki de la montaña Kachi Kachi. En todos los cuentos, la conducta de estos personajes sobrenaturales no es diferente a la de los humanos, mostrando modales y reacciones similares e incluyendo vicios y conversas del todo verosímiles. Un ejemplo es el excelente diálogo entre la tortuga y Taro en la historia de Urashima, en el que la incredulidad de Taro y la rigidez de la tortuga confluyen en una conversación cómica en la que la tortuga se burla y reprime la necia conducta de Taro.

Inicialmente, la intención de Dazai era incluir el relato del guerrero Momotaro en sus cuentos de cabecera. No obstante, y tal y como explica al principio del último cuento (“El gorrión de la lengua cortada”), la figura de Momotaro había sido intensamente explotada por el gobierno imperialista japonés, conviertiendo al protagonista en el modelo de joven patriota. Según cuenta Dazai, Momotaro era un personaje heróico con el que no se sentía identificado y es por este motivo que decide finalmente no reescribir su leyenda. Por otro lado, el traductor Daniel Aguilar nos aclara otra razón por la que Dazai descarta la reinterpretación del cuento, que es la falta de figura femenina en la historia del joven guerrero. La voluntad de Dazai no era precisamente alabar las cualidades de las damas en sus escritos, sino más bien lo contrario. Las mujeres de sus cuentos son malcaradas, crueles, mandonas y perversas, y las descubrimos encarnadas en personajes que castigan al protagonista masculino, como son la tortuga de Urashima, la joven conejo de Kachi Kachi, o la gruñona esposa del anciano del gorrión.

Misoginia a parte, estos relatos no hacen más que confirmar la necesidad del autor de escribir sobre su propia experiencia, reflejando sus vicios, fracasos y decaimiento que finalmente le llevarían a quitarse la vida.

 

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Esta entrada fue publicada en octubre 30, 2014 por en Reseñas y etiquetada con , , .

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