Ariwara no Narihira (825-880) nunca logró hacer carrera política, a diferencia de su hermano mayor Yukihira. Nos dejó muchos poemas de amor, y otros tantos compuestos para las galas elegantes que tenían lugar en la corte.
Ni siquiera en la edad de los dioses implacables
se había visto algo así:
El río Tatsuta,
sus aguas cubiertas
de bermellón de la China.
chihayaburu
kamiyo mo kikazu
tatsutagawa
kara-kurenai ni
mizu kuguru to wa
Este poema, que es el n. 17 de Hyakunin isshu, lo compuso para adornar una pintura de un río cubierto de hojas de otoño.
Kuguru significa «pasar por abajo» y crea la imagen de aguas azules fluyendo bajo una capa de hojas de otoño. Si en su lugar leemos kukuru, «anudar», connota una técnica de tintura textil en la que se hacen nudos a la tela antes de sumergirla. Esta técnica se utilizaba para crear diseños en azul y rojo, tal como el río Tatsuta en otoño.
Narihira asevera que nadie había escuchado (kikazu) nada de una belleza así, ni siquiera en los orígenes míticos de Japón, en los que dioses majestuosos habitaban las islas. Suena un poco exagerado, pero logra el efecto de ensalzar la sofisticación y elegancia de la vida cortesana.