Uehashi Nahoko, Moribito: El guardián del espíritu, SM (colección El barco de vapor), 2010.
(Seirei no Moribito, 1996)
Traducción de Gonzalo Fernández. 292 páginas.
Balsa, guerrera que trabaja como guardaespaldas para expiar su pasado, verá su viaje interrumpido cuando se encuentre con Chagum, el segundo hijo del mikado de Nuevo Yogo. Convertido en recipiente involuntario y guardián del huevo del espíritu del agua, Chagum será perseguido por Rarunga, una criatura de otro mundo que despierta cada cien años para alimentarse del huevo del espíritu del agua. También le buscan los hombres del mikado, pues si el huevo eclosionara se pondría en duda la pureza de la familia imperial. En su huída, Chagum y Balsa contarán con la ayuda de Tanda y Torogai, amigos de la guerrera instruidos en ancestrales artes chamánicas y conocedores de la verdadera razón de ser del huevo, que deberá ser protegido a toda costa para garantizar el equilibrio natural.
Moribito: El guardián del espíritu, es la primera de las aventuras de Balsa, criada desde niña en el exilio de su tierra natal, Kabal, de donde debe huir con Jiguro, instructor militar del reino, cuando el rey Rogsam decreta su muerte para encubrir el regicidio de su hermano y ascender al trono.
Esta aventura refleja el viaje personal de Balsa hacia el perdón, la expiación de la culpa que causó el hecho de que Jiguro tuviera que matar a ocho de sus amigos para protegerla. El viaje con Chagum se convierte en un reflejo de su relación con Jiguro. En su relación, Chagum también realizará un viaje de descubrimiento: la madurez llega al hijo del mikado cuando entra en contacto con el mundo real, cuando se convierte en un niño común que debe valerse por sí mismo para sobrevivir.
Uehashi aprovecha esta primera historia de la saga Moribito para mostrar de manera crítica a la pérdida de las tradiciones, de la cultura oral y las historias de nuestros antepasados. La solución al problema del espíritu del agua y su depredador Rarunga reside en el folklore, en los cuentos de los antiguos habitantes de Nuevo Yogo. Como causa de esta desaparición, Uehashi plantea el papel del nuevo gobierno como elemento distorsionador de las creencias para justificar su presencia, sus poderes divinos. Puede parecer inocente, pero es más que evidente la relación entre estas dos ideas con la historia del sintoísmo en Japón, culto animista milenario utilizado por las autoridades niponas como justificación de la ascendencia divina del emperador. Las creencias de los yakoo, antiguos habitantes de Nuevo Yogo desplazados por los conquistadores y condenados a desaparecer al mezclarse con ellos, tienen los mismos atributos animistas que el Shintō, incorporando elementos del Tao en la distinción entre dos “realidades”, una perceptible y otra no perceptible, cuya relación determina el equilibrio del mundo.
Todo es ficticio en Moribito, pero todo es también perfectamente identificable con elementos de la cultura japonesa y otras culturas asiáticas. Los problemas de sequía en Nuevo Yogo supondrían un grave problema para los habitantes del país, ya que el arroz era su principal forma de cultivo y pago de impuestos, como en Japón durante el periodo Edo. También plantea la figura del mikado como marioneta en manos de una camarilla de consejeros económicos y espirituales; y los ocho cazadores del mikado están imbuidos de la filosofía samurái del suicidio por honor ante el fracaso en una misión.
El guardián del espíritu es una lectura rápida y amena, llena de elementos culturales japoneses identificables y con enseñanzas directas como que «es más difícil ayudar a alguien que matarlo» o que «personas de distintos países que hablan distintos idiomas tienen distintas formas de ver el mundo». Hará las delicias de cualquier aficionado a la literatura de aventuras, de cualquier edad, pero añade un punto de interés para aquellos familiarizados con la cultura japonesa.
En España, la novela está publicada por SM dentro de su colección El barco de vapor para lectores de 10 a 14 años. Para hacerse con ella es necesario dirigirse a la sección infantil/juvenil de cualquier librería, por lo que muchos lectores adultos desconocerán completamente la existencia de esta obra. Moribito merece estar en una sección de Fantasía/Aventuras, del mismo modo que El Señor de los Anillos o la saga de Terramar. La edición en Barco de Vapor no funciona mal, con varias ediciones de cada uno de los dos volúmenes de Moribito publicados, pero obtendría mayor alcance y reconocimiento para la autora si se hubiera optado por otra modalidad. Así podrían haberse obviado las innecesarias ilustraciones en tricromía rojo-blanco-negro. Como valoración positiva: gramatical y ortográficamente es perfecto, e incluye un índice de nombres de personajes y un glosario de términos y lugares citados en la novela, así como una nota de la autora acerca del origen de Moribito y su repercusión en Japón.