La 52a edición del Premio Tanizaki la han compartido en esta ocasión Itoyama Akiko por Hakujō (Frialdad, Shinchōsha, 2015) y Nagashima Yū por San no tonari wa go-gōshitsu (Al lado del apartamento tres hay el cinco, Chūō kōron, 2016).
Para Itoyama (Tokyo, 1966), recibir el Tanizaki supone su consagración, después de haber ganado el Akutagawa en 2006 (134a edición) por «Oki de matsu» («Esperando en lontananza», Bungakukai, septiembre de 2005).
Hakujō está protagonizada por un hombre reservado que vive en una ciudad de provincias, cuya vida cambia al reencontrarse con una antigua compañera de instituto. La novela ha recibido elogios por su habilidad para reproducir la atmósfera social de una ciudad pequeña.
Nagashima (Sōkashi, Saitama, 1972) debutó como Itoyama a principios de este siglo, y logró también el premio Akutagawa en 2002 (126a edición) con «Mō-supiido de haha wa» («Mi madre a toda velocidad», Bungakukai, noviembre de 2001).
San no tonari wa go-gōshitsu cuenta las múltiples historias que suceden en un edificio de pisos en las afueras de la capital japonesa.
En castellano tenemos disponible gracias a Quaterni su colección de relatos Yūko-chan no chikamichi (Los atajos de Yuko, Shinchōsha, 2006).