La semana pasada nos dejó Nosaka Akiyuki (1930-2015), uno de los autores más polifacéticos de la segunda mitad del s. XX en Japón. El escritor había sufrido un infarto cerebral en 2003 y falleció el 9 de diciembre por una insuficiencia cardíaca.
Nosaka nació en Kamakura (Kanagawa) y, después de una accidentada infancia y adolescencia, logró entrar en el departamento de francés de la Universidad de Waseda en Tokyo, aunque nunca llegó a graduarse. Fascinado por la literatura y la música francesas, Nosaka se quedó en la capital haciendo varios trabajos mientras intentaba hacerse un hueco como ensayista y autor de letras para canciones.
Su gran oportunidad le llegó en 1967, cuando dos de sus relatos largos le valieron la 58a edición del Premio Naoki: «Hotaru no haka» («La tumba de las luciérnagas», Ooru yomimono, octubre 1967) y «America hijiki» («Las algas americanas», Bessatsu Bungei shunjū, septiembre 1967). «La tumba de las luciérnagas», inspirada en sus experiencias después del bombardeo de Kobe en marzo de 1945, es aún hoy su obra más famosa internacionalmente, gracias a la adaptación animada que hizo Studio Ghibli en 1988.
Durante su dilatada carrera, Nosaka publicó más de sesenta volúmenes de ficcióny otros tantos de ensayo. Entre los galardones que recibió destacan el Premio Yoshikawa en 1997 por Dōshin’en (Círculos concéntricos) y el Premio Izumi Kyōka en 2002 por la totalidad de su carrera.
En su faceta como editor, su nombre se hizo famoso cuando fue condenado en 1980 por obscenidad, después de haber publicado en la revista Omoshiro hanbun el relato erótico de Nagai Kafū «Yojōhan fusuma no shitabari» («Bajo el fusuma de cuatro tatami y medio»).
En paralelo a su carrera como escritor, Nosaka fue también cantante de chanson con el nombre de Claude Nosaka. Publicó ocho álbumes originales entre 1971 y 1975.