Mori Eto, Flipando en colores, Noguer, 2012.
(Colorful, 1998)
Traducción (indirecta desde el inglés) de Macarena Salas.
240 páginas.
Como premio de la lotería celestial, un alma al azar recibe la oportunidad de volver al mundo de los vivos ocupando un cuerpo huésped para intentar averiguar qué la llevó a morir y, en caso de conseguir su objetivo, ganar una segunda oportunidad. Con la ayuda de Purapura, un ángel guía, el alma protagonista deberá descubrir la causa de su muerte y mostrarse digna merecedora de la reencarnación, algo realmente complicado cuando su cuerpo huésped es el de Makoto Kobayashi, un adolescente que intentó suicidarse en el último año antes de acceder al instituto. El alma deberá convivir con el entorno familiar de Makoto y sus compañeros y compañeras de clase, descubriendo una serie de secretos y comportamientos que le llevaran a plantearse si merece la pena volver a vivir en nuestro mundo.
Colorful fue un fenómeno en Japón cuando se publicó, obteniendo el premio Sankei de Literatura Juvenil en 1999, y la historia trascendería el ámbito nipón con su adaptación al cine de la mano de Hara Keiichi.
El título traducido como Flipando en colores puede ahuyentar a muchos lectores, y algunos podrían tomarla como una comedia juvenil de malentendidos si se fían de la sinopsis de su contraportada. Nada más lejos de la realidad. Mori nos presenta un drama existencial en el que el Colorful del título original hace referencia a la vida como una experiencia rica en matices y colores. A través de los ojos el alma protagonista que ha poseído el cuerpo de Makoto Kobayashi, se nos muestran no sólo las angustias y problemas de un adolescente en una etapa tan dura como es la del paso de la primaria a la secundaria en Japón, donde la presión por acceder a uno u otro instituto es inmensa, en cuanto a que condiciona el acceso a la universidad y el posterior estatus social y laboral; también se nos habla de corrupción, las dificultades para mantener una familia unida ante las adversidades, formas de enfrentarse al suicidio, acoso escolar y el enjo kōsai (“relaciones compensadas”, una práctica japonesa donde las adolescentes ofrecen sexo o compañía a adultos a cambio de bienes a la última moda); de un mundo movido por la presión familiar y educativa y la sociedad de consumo, y del arte como bálsamo espiritual.
Mori nos enseña que la vida no es blanca o negra, pero sin aleccionarnos, pues detrás de cada acción siempre puede haber motivos que la justifiquen, y la moralidad de los mismos depende de sus actores y sus contextos.
Lástima la decisión de cambiar el título desde su Colorful original a Flipando el colores, y también es una lástima que en una traducción indirecta (algo que no se explicita en el libro, por cierto) se conserven términos en inglés como “Western High” o “las 4:30 am”, completamente fuera de contexto tanto en español como en japonés.
Una pequeña curiosidad literaria: Mori menciona a Ogawa Yōko como ejemplo de mujer exitosa en la que uno podría reencarnarse.