En la 66a edición del Premio Yomiuri, el galardón a la mejor novela se lo han repartido Kawakami Hiromi por Suisei (Voz de agua, Bungei shunjū) y Hoshino Tomoyuki por Yoru wa owaranai (La noche no termina, Kōdansha).
Kawakami (Tokyo, 1958), ampliamente conocida en castellano por delicadas novelas como Sensei no kaban (El cielo es azul, la tierra blanca, 2001), que le valió el Premio Tanizaki en 2001, nos ofrece en Suisei la historia de Miyako y Ryō, dos hermanos que vuelven a su casa después de la muerte de su madre. Los dos recuerdan juntos el pasado de su familia, en una historia de secretos y relaciones humanas.
Hoshino (Los Ángeles, 1965) es un habitual en el mundo del periodismo cultural japonés, conocido por presentar de manera innovadora temas socialmente controvertidos como el culto al Emperador en Lonely Hearts Killer (Chūō kōron-sha, 2004) o la estafas a gente de la tercera edad en Ore ore (Soy yo, soy yo, Shinchōsha, 2010). Yoru wa owaranai es una colección casi meta-ficcional, organizada alrededor de una asesina en serie que pide a sus víctimas que le cuenten una historia.
En la categoría de traducción, el premio ha sido para la nueva versión en 7 volúmenes del clásico chino Hongloumeng (El sueño del pabellón rojo, Iwanami), traducida por Inami Ryōichi, profesor de la Universidad de Kyoto.