Es muy probable que al enviar este poema a una dama, Fujiwara no Sadakata (873-932) haya añadido una rama fresca de ligustrina.
Si así les dicen:
a la ligustrina, le llaman «ven aquí»
a la montaña, le llaman «encontrarnos»,
entonces, sin que nadie se entere,
no habrá forma de visitarte?
na ni shi owaba
ôsaka yama no
sanekazura
hito ni shirarede
kuru yoshi mogana
Sadakata, que era Ministro de la Derecha (del lado derecho del emperador, no de la derecha conservadora), además de poeta y músico, vivía en una mansión en la Tercera Avenida de la capital.
En este poema habla de Ôsaka-yama, el Paso de Montaña de Ôsaka, que no se trata de la actual ciudad de Ôsaka, sino de las montañas al este de la capital que debían atravesar los viajeros al entrar y salir de la ciudad. Ôsaka (escrito Ausaka) aparece mucho en los poemas (por ejemplo en el n. 10 de Hyakunin isshu) porque esconde el verbo ‘encontrarse’ (au).
De forma similar, sanekazura (ligustrina) esconde la expresión sa ne, «ven a dormir conmigo». Y kuru significa tanto «venir» como «atraer, como tirando de una cuerda».
Estos malabares lingüísticos con la geografía y la botánica de su tierra no llegan a esconder que lo que Sadakata quiere decir viaja casi a ras del suelo: «¡Oye, tú,ven p’aquí!»