Este poema es de la Dama de Ise (ca. 875-ca. 938), que fue amante de Narihira e hija del gobernador de la provincia de Ise (de ahí su sobrenombre). Lo compuso un otoño en el que su amante la había despreciado.
En la costa de Naniwa,
crecen cañas cortas,
con poco espacio entre nudo y nudo.
«Sin siquiera un encuentro así de corto has de sobrevivir»
¿Es acaso esto lo que pretendes de mí?
naniwa-gata
mijikaki ashi no
fuchi no ma mo
awade ko no yo wo
sugushiteyo to ya
La poeta combina una queja fundamental («quiero verte… no puedo vivir sin ti’) con ágiles malabares linguísticos. Naniwa, una zona costera (kata, gata) en la actual Ôsaka, se asociaba a ashi (juncos), que a su vez consisten en fushi (nudos) y yo (espacio entre los nudos). Yo significa también «mundo» y ma puede designar un espacio físico tanto como un lapso temporal.
Como muchos otros poemas de Hyakunin isshu, se despliega aquí una tensión entre la efusividad de un amante desesperado y la frialdad de un poeta que se sabe hábil con las palabras. ¿Cuán urgente puede sonar una queja expresada de forma tan sofisticada?