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Yuki no Renshūsei (Los que practican la nieve)

Yuki no Renshūsei (Shinchōsha, 2012)

Yuki no renshūsei (Shinchōsha, 2012)

Yuki no Renshūsei (Los que practican la nieve) es una novela de Tawada Yōko publicada en 2012 por la editorial Shinchōsha, y que fue galardonada con el Premio Noma de Literatura en su 64a edición.

La novela está estructurada en tres capítulos narrados por tres personajes diferentes. El primer capítulo, titulado “La teoría de la degeneración de la abuela”, está narrado desde el punto de vista de una osa polar que, retirada ya de su vida como osa de circo en el Moscú de la URSS, comienza a escribir su biografía. Después de que un amigo editor la engañe y publique su biografía de manera serializada a cambio de tan solo chocolate, nuestro particular yo narrador se convierte en una autora famosa. Esto solo le causa problemas aún mayores, puesto que su obra se traduce sin su conocimiento al alemán y la situación se politiza, ya que en su biografía cuenta sus experiencias siendo entrenada para actuar en el circo, un hecho que aprovechan las potencias occidentales para criticar las condiciones de los circos comunistas. Debido al peligro que le conlleva seguir allí, acaba huyendo a Alemania Occidental y allí las personas que la ayudaron le exigen seguir escribiendo su biografía. En este momento la protagonista se plantea problemas como el de la nacionalidad (los osos no tienen pasaporte y tampoco por tanto nacionalidad, pudiendo moverse con libertad entre países), el lenguaje y sobre todo el acto de escribir una biografía, ya que le sobreviene un “bloqueo de escritor” del cual no se recuperará hasta el final del capítulo, momento en el que decide que no va a escribir sobre su pasado sino sobre su futuro…

En el segundo capítulo, “El beso de la muerte” conocemos a Tosca, la hija de la osa protagonista en el primer episodio, pero la conocemos a través de los ojos de Úrsula, una adiestradora de circo en Alemania oriental. En este capítulo de nuevo el hecho de escribir las experiencias propias se convierte en el tema central, ya que Úrsula comenzará a escribir su propia vida como un ejercicio para poder contar la vida de Tosca, la cual no sabe leer y escribir como su madre. Las fronteras entre humanos y animales se desdibujan y Tosca y Úrsula se comunicarán a través de sueños en los cuales ambas hablan el mismo idioma y hablan sobre la vida de Tosca pero también sobre la vida de Úrsula. A través de la escritura de Úrsula, Tawada nos relatá las dificultades de la guerra, las penurias de la Alemania comunista tras el fin de la guerra y como en ese ambiente de caos una pequeña niña se decide a trabajar en un circo por la unión, podríamos decir espiritual, que siente con los animales. Entre Tosca y Úrsula elaborarán un espectáculo para salvar al circo (que espera la visita de unos camaradas de la URSS) llamado “el beso de la muerte”. Este «beso» será el detonante final que derribará las fronteras entre una y otra, la voz narrativa pasa a Tosca. Sera ella quien nos narre como son sus últimos días en el zoo, la caída del muro de Berlín y los últimos días de su gran compañera Úrsula.

El tercer capítulo, “El día de obcecarse en el Ártico” está narrado por Knut, el hijo de Tosca, desde sus primeros recuerdos cuando llega al zoo de Berlín. Tosca le ha rechazado al nacer, aunque sabemos por sus propias palabras que quería que su hijo creciese más fuerte al ser criado por una especie diferente. A través de Knut Tawada explora el proceso de adquisición del lenguaje y la relación entre sujeto y objeto. Cuando Matthias, el cuidador del zoo, comienza a darle el biberón llama a Knut por su nombre, pero éste no lo entiende y piensa que el liquido que recibe es Knut… Poco a poco esta no-separación se termina y Knut comienza a hablar con otros osos pero siempre refiriéndose a si mismo como Knut, nunca con el yo. Cuando otro oso se ríe de él por ello, Knut descubre que existen los pronombres y que “yo” puede ser usado por todo el mundo, es una palabra sin contenido.

Este tema es recurrente en Tawada, ya que en su obra “Das Bad” («El baño», 1989) explora las diferencias entre el japonés y el alemán al respecto. Pero sin duda el tema principal de este último capítulo es la relación entre el individuo y su lugar de origen. Tanto los visitantes del zoo que van a ver a Knut cuando es un adulto, como los osos y los lobos que conoce cuando aún es pequeño, le recuerdan constantemente de su origen como oso polar, y sobre un supuesto lugar llamado El Ártico, al que supuestamente pertenece. En un principio Knut se extraña mucho porque él ha nacido en Berlín y su madre nació en Canadá, por lo que no ve su relación con ese extraño lugar, y solo por ser blanco no tiene por que pertenecer allí (una clara referencia a los problemas de discriminación racial entre los humanos). Sin embargo poco a poco comienza a ver a una osa polar en sueños y su percepción al respecto cambia. Knut descubre que esa osa que le visita no es exactamente su abuela sino una amalgamación de todos sus antepasados que vivían en el ártico, pero que al mismo tiempo le exige aprender un arte o destreza (gei) que es reminiscente del pasado circense de su madre y abuela. Los sueños se convierten como hemos visto en un puente que une a personajes separados por algún tipo de barrera, ya sea lingüística o espacio-temporal, pero también adquieren un cariz mítico en el que un espíritu animal guía a la persona (o a otro animal) para poder realizar un objetivo para el que estaba destinado. Knut se va separando así poco a poco de su pasado en el que quería ser parte de la familia de Matthias, y su instinto se abre paso. Así, Knut de manera libre y voluntaria crea sus propios números para entretener a la audiencia y empieza a anhelar el frío y las planicies de hielo del ártico. La novela termina con una nevada sobre la cual Knut se monta, sobrevolando la superficie del mundo.

Como hemos visto, Tawada juega a romper las barreras entre una serie de elementos binarios, pero va más allá: la “realidad” y “ficción” dentro de la novela no son siempre lo que el lector espera, y los diferentes niveles de ficcionalidad que le dan forma como si de un tapiz se tratase se irán mostrando por lo que son a lo largo del segundo y tercer capítulos y sorprendiendo al lector. Los que practican la nieve es una novela surrealista de una temática riquísima y escrita con un lenguaje poético muy personal pero también enraizado en la tradición literaria japonesa (la propia autora me confesó en una conversación personal que ella no quiere abandonar el pasado, al igual que Izumi Kyōka). Sin duda una obra y una autora muy recomendadas y que esperamos aparezca en traducción en algún momento.

Acerca de Alejandro Morales

Estudiante de doctorado en literatura japonesa, traductor freelance, profesor de lengua española, fotógrafo amateur.

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Esta entrada fue publicada en junio 18, 2014 por en Reseñas y etiquetada con , , .

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