Hoy hace 125 años nacía Yoshikawa Eiji (1892-1962), uno de los más importantes autores de novela histórica japonesa.
Nacido en Yokohama como Yoshikawa Hidetsugu, tuvo que interrumpir su educación para ponerse a trabajar muy joven por los problemas económicos de su familia. Apasionado de la literatura, empezó desde niño a escribir y mandar manuscritos a revistas y concursos. En 1914, su relato «Enoshima monogatari» ganó el tercer premio en un certamen organizado por el grupo Kōdansha, y Yoshikawa empezó a publicar sus obras en esa editorial.
Su primer éxito notable fue Kennan jonan (Problemas de espadas, problemas de mujeres), serializado en la revista King (publicada por Kōdansha) entre enero de 1925 y septiembre de 1926. Ésta fue también la primera vez que firmó «Yoshikawa Eiji», inicialmente un error de imprenta que el autor decidió adoptar como seudónimo.
Posteriormente daría el salto a la serialización diaria con el que sería su primer clásico: Naruto hichō (Ōsaka Mainichi shinbun, 1926-1927). La obra, situada durante la era Edo (1603-1868), narra las aventuras de tres personajes enviados al dominio de Awa para averiguar el paradero de un espía enviado años atrás para investigar un complot contra el shogunato. Además de su conocimiento del Japón pre-moderno, la obra también demuestra la familiaridad de Yoshikawa con las técnicas de la novela de aventuras practicada por autores como Dumas.
Aunque también se aventuró a usar temas de la historia de China, como en su versión de la famosa Saga de los Tres Reinos (Sangokushi, serializada en el diario Chūgai shōgyō shinpō entre 1939 y 1943), las obras más famosas de Yoshikawa se centran en la historia del Japón medieval, ya sea retomando textos clásicos como en Shin Heike monogatari (El cantar de Heike, Shūkan Asahi, 1950-1957) y en Shihon Taiheiki (Mainichi shinbun, 1959-1962), o creando él mismo sus propias narrativas a partir del material histórico como en Miyamoto Musashi (Musashi, Asahi shinbun, 1935-1939) o Shinsho Taikō-ki (Taiko, Yomiuri shinbun, 1939-1945).
Después de su muerte, la editorial Kōdansha creó en su honor el Premio Yoshikawa Eiji de Literatura, especializado en novela histórica y literatura de masas.