A lo largo y a lo ancho
la luz es serena
este día de primavera,
¿por qué se caen,
sin tranquilidad de espíritu, las flores?
hisakata no
hikari nodokeki
haru no hi ni
sizugokoro naku
hana no chiruramu
La expresión que abre el poema, hisakata, es un epíteto arcaico que suele ser aplicado a imágenes relacionadas con el cielo (ame, sora), la luna (tsuki), las nubes (kumo), o como en este caso, la luz (hikari). Muchos epítetos de este tipo, conocidos como «palabras-almohada» (makura kotoba), son intraducibles ya que desconocemos qué significaban. Ya que hisakata se suele escribir 久方, caracteres que dignifican «por largo tiempo» y «dirección», probé traducrilos como «a lo largo y a lo ancho», que en el mejor de los casos es una pobre aproximación.
Sabemos que las flores de las que habla Tomonori son cerezos (sakura). Es que este poema aparece en la primera antología imperial Kokinshû (905) bajo el título «Poema sobre las flores del cerezo que se caen» (sakura no hana no chiru wo yomeru). Es cierto que los títulos dados a los poemas por los editores de antologías no son siempre fiables, pero en este caso el mismo Tomonori se contaba entre los compiladores de Kokinshû.
Pero no sabemos si son las flores las que están intranquilas. Es posible que sean las personas que las ven caer quienes a pesar del espléndido y luminoso clima se descubren intranquilos. De acuerdo a esta lectura, el poeta regaña a las flores del cerezo con un tono pícaro por sobresaltarse justo cuando el resto de la naturaleza y la sociedad descansa sereno.