Hoy se cumplen 25 años de la muerte del escritor, periodista y ensayista Kaikō Takeshi (1930-1989). Nacido en Osaka, Kaikō se mudó a Tokyo después de graduarse y entró a trabajar en la destilería Kotobukiya (actualmente Suntory), escribiendo sus anuncios de whisky.
Su relato «Kyojin to gangu» («Gigantes y juguetes», 1957), una divertidísima sátira de la industria publicitaria, fue llevado al cine con el mismo título por Masumura Yasuzō en 1958.
Su primer éxito literario fue «Hadaka no ōsama» («El rey desnudo», 1957) un relato que le valió la 38a edición del Premio Akutagawa, y le permitió dedicarse de lleno a la escritura. Además de ficción, escribió abundantes artículos sobre comida, viajes y pesca, de la que era un gran aficionado.
Abiertamente comunista, en 1960 visitó la República Popular China con una delegación de escritores japoneses de izquierda encabezada por Noma Hiroshi, en la que también participó Ōe Kenzaburō. Kaikō visitaría también varios otros países de bloque soviético como Rumanía, Checoslovaquia y la propia URSS.
En 1964, Kaikō fue enviado a Vietnam como enviado especial del periódico Asahi. Sus experiencias en la guerra encontraron expresión literaria en sus novelas más famosas Kagayakeru yami (La oscuridad brillante, Shinchōsha, 1968) y Natsu no yami (La oscuridad del verano, Shinchōsha, 1971). A su vuelta a Japón, se unió al movimiento anti-bélico Beheiren.
En 2003, la editorial Shūeisha estableció en su honor el Premio Kaikō Takeshi de No-Ficción.
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