Hoy se cumplen 125 años del nacimiento del poeta y novelista Murō Saisei (1889-1962).
Nacido como hijo ilegítimo de un antiguo samurai de la familia Kobata en Kanazawa (Ishikawa), su padre lo abandonó en el templo Shingon de Uhō. La familia que gestionaba el templo lo adoptaría formalmente luego con el nombre Murō Terumichi.
Saisei no completó la educación secundaria, pero empezó a destacar como compositor de haiku durante su adolencencia. En 1910 se mudó a Tokyo y entró en contacto con el círculo poético de Kitahara Hakushū, donde trabó amistad también con Hagiwara Sakutarō. En 1916, lanzaría junto con Hagiwara la revista poética Kanjō (Sentimiento).
Saisei fue quizás el principal de los poetas japoneses de la era Taishō, escribiendo tanto haiku como tanka y poemas de estilo libre. Supo combinar como pocos la experimentación moderna con temas nostálgicos relacionados con la infancia y la naturaleza.
Aunque su estilo perdió vigencia hacia los años treinta, Saisei se reinventó como autor de prosa en la posguerra con piezas de corte autobiográfico como Anzukko, que le valdría el Premio Yomiuri en 1957, o inspiradas en la literatura clásica como Kagerō no nikki ibun (Suplementos a Kagerō no nikki), que ganó el Premio Noma en 1959.