El pasado 1 de marzo se anunciaron los ganadores de la 34a edición del Gran Premio de Ciencia Ficción (GPCF).
La obra premiada ha sido la colección de relatos Kaikin no to (Los que no descansan, Tōkyō sōgensha) de Torishima Denpō. Las cuatro historias que lo componen exploran cuestiones como la relación entre humanos y máquinas, y el impacto de la tecnología sobre la identidad y el medio ambiente. Torishima es un autor bastante nuevo en la escena japonesa de ciencia ficción, que se dio a conocer cuando la historia que da título al volumen recibió el II Premio Sōgen al Mejor Relato de Ciencia Ficción en 2011.
En esta edición también se han otorgado dos premio especiales (tokubetsushō):
El primero ha sido para la antología NOVA (Kawade shobō), editada por Ōmori Nozomi. Los diez volúmenes que componen NOVA han ido apareciendo dos veces al año desde diciembre de 2009. Cada volumen contiene entre ocho y doce relatos escritos especialmente para la colección. Entre sus colaboradores se incluyen los nombres más conocidos de la ciencia ficción japonesa contemporánea, como Azuma Hiroki, Enjō Tō, Ogawa Issui, Tobi Hirotaka o Yamada Masaki.
El segundo se lo ha llevado la colección de relatos Yohanesuburugu no tenshitachi (Los ángeles de Johannesburgo, Hayakawa shobō) de Miyauchi Yūsuke. Esta es la segunda colección de Miyauchi, que ya ganó el GPCF en 2012 con su debut Banjō no yoru (La noche sobre el tablero, Tōkyō sōgensha), una serie de relatos inspirados en juegos de mesa como el go o el shōgi.